Visión

Niñas, niños, adolescentes y jóvenes transforman su entorno de vulnerabilidad y marginación de forma autónoma, como sujetos de derechos.

Misión

Formar, capacitar y acompañar en procesos de aprendizaje y desarrollo humano integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de sus derechos.

Objetivo

Desarrollar en niñas, niños, adolescentes y jóvenes sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales que les ayudan a terminar su educación escolar y de capacitación laboral para construir su proyecto de vida.

visión

Estamos convencidos de que para la realización de los sueños se requiere algo más que nuevos saberes y conocimientos. En Sueniños, acompañamos a gente jóven para que tenga las competencias sociales y emocionales, actitudes y los valores necesarios que les ayude a mejorar su calidad de vida y a realizar sus sueños.

Valores

San Cristóbal de Las Casas, México

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San Cristóbal de Las Casas se encuentra a 2100 metros sobre el nivel del mar en los Altos de Chiapas. La ciudad fue fundada en el año 1528 por los españoles. Hoy en día alrededor de 200.000 habitantes viven aquí. El centro de la ciudad impresiona con imponentes edificios religiosos, mercados de artensanía y su aquitectura estilo colonial. Las calles están adornadas con colores vivos y de los trajes tradicionales de los indígenas tzotziles y tzeltales que residen a sus alrededores. En el centro de la ciudad pasean chiapanecos, turistas o inmigrantes que simplemente se quedaron a vivir allí hace mucho tiempo. El ambiente es mágico y lleno de alegría de la vida. Pero la ciudad tiene también otra cara. Chiapas es una de las regiones más pobres de México. Muchas niñas y niños trabajan en las calles como vendedores o boleros para apoyar a sus familias. En las periferias de la ciudad de San Cristóbal se encuentran colonias con mayor rezago en infraestructura y servicios públicos al carecer de calles pavimentadas, agua potable y alumbrado público. Muchas familias viven en chozas de madera, lámina, cartón y piso de tierra. La vida aquí está marcada por los altos índices de pobreza y deficientes condiciones de higiene por la falta de agua y mal manejo de fosas sépticas. Para cocinar, el uso de carbón o leña es común en los interiores de las viviendas – que causa enfermedades crónicas respiratorias. La pandemia ha agravado aún más estas circunstancias. El mal manejo y corrupción de gobiernos anteriores en las políticas públicas del país ha negado el acceso a los derechos a una educación de calidad, a la salud, a una vida digna y a cientos de miles de personas, especialmente niñas, niños, adolescentes y mujeres en Chiapas.
Chiapas es el estado con el mayor rezago educativo de México. El 76% de la población vive en pobreza y más de 30% en pobreza extrema. En 2020, la pandemia de Covid-19 ha provocado un nuevo aumento de la desigualdad y más dificultades para acceder a los derechos de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. La pobreza ha obligado 45% de las y los alumnos de las comunidades más pobres a abandonar la escuela por no poder cumplir los requisitos para participar en los nuevos programas educativos a distancia. La implementación de la enseñanza a distancia no tuvo en cuenta las condiciones socioeconómicas de las y los alumnos, como la falta de acceso a Internet, a computadoras o a la televisión. Además, las niñas y los niños y adolescentes estuvieron encerrados, sin acceso a actividades que promuevan su desarrollo psicosocial y emocional. Los efectos son enormes. La inequidad educativa es justamente la que habla de injusticia social y de cómo la pobreza y una educación descontextualizada afecta a la infancia en estado más vulnerable, pues en vez de poder estudiar permanecen en la marginación y como adultos en la exclusión social y económica. La discriminación, la falta de acceso, permanencia y terminación escolar tiene un impacto sumamente negativo en el desarrollo personal y profesional de los niños y sobretodo de las niñas y las adolescentes. Sabemos que para muchos adolescentes terminar la escuela básica y media superior significa un sueño difícil de alcanzar pero, sobre todo significa un derecho difícil de ejercer, pues los ingresos familiares son precarios y se ven en la necesidad de trabajar y ayudar a sus familias para sobrevivir.
Todo comenzó con una visión compartida: hacer del mundo un lugar mejor y más justo. Con esta gran visión, un compromiso incansable y mucho amor, Alma Silva Gutiérrez y Christian Szinicz han creado en Chiapas un lugar para hacer realidad los sueños. Alma, nacida y criada en el norte de México, y Christian Szinicz natural de Austria, se conocieron en Viena. Su visión compartida de trabajar a favor de que niñas y niños de México contaran con alternativas para que pudieran lograr sus sueño, les llevó a conocer varias regiones de México. Los primeros encuentros que tuvieron con las niñas y niños trabajadores de Chiapas, fueron los que les hicieron sentir que su compromiso era para ellas y ellos, decidiendo quedarse en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas para iniciar un proyecto que les ofreciera perspectivas para un futuro mejor. Niñas y niños que, debían estar en la escuela ejerciendo su derecho a la educación, caminaban por el centro de la ciudad tratando de vender sus pulseras y artesanías. Niños que en lugar de estar aprendiendo a leer y a escribir, ofrecían a los turistas bolear sus zapatos a cambio de dinero. Cuando una noche Alma y Christian le compraron un dibujo a un niño para que pudiera comprar su uniforme y útiles escolares para poder ir a la escuela, fue ahí donde tuvieron claro que era en este lugar donde pondrían su granito de arena para promover un cambio a favor de las niñas y niños, para que pudieran vivir su infancia de forma segura y ofrecerles perspectivas para un mejor futuro. Para los fundadores, la única manera para mejorar las condiciones de vida de estas niñas y niños, y de generaciones futuras, era por medio de la educación. Sin embargo, hacía falta algo además de aprender a leer y escribir, sumar y restar o hacer tareas. Fue así que, en el año 2005, Alma y Christian fundaron la Asociación Civil Desarrollo Educativo Sueniños. Junto con una pedagoga empezaron a acompañar a un grupo de 11 niñas y niños y sus familias. Todos los días de lunes a viernes, después de la escuela, les buscaban en sus colonias para ir a su centro de desarrollo Sueniños. Aquí les ofrecían una comida antes de acompañarles en sus tareas escolares y que participaran en actividades recreativas donde pudieran jugar y descubrir sus intereses y talentos, como también, a fortalecer sus habilidades sociales. Les enseñaron valores, a conocer sus derechos y cómo podían ejercerlos y difundirlos. Día a día les acompañaron en su desarrollo humano y en sus aprendizajes para poder romper un día el círculo vicioso de marginación social y pobreza. El grupo de participantes creció y las niñas y niños también. Alma y Christian fundaron un centro juvenil para continuar el acompañamiento según la edad de las y los niños que ya eran adolescentes. Y finalmente pocos años después iniciaron las capacitaciones para el trabajo. Desde el inicio, el programa Sueniños fue concebido de forma integral por los fundadores y construido para promover un cambio sostenible en la sociedad. En 2018 Alma y Christian inauguraron el “Centro Sueniños” un edificio que ofrece espacio para el acompañamiento de más que 300 niñas, niños, adolescentes y jóvenes en su educación y sus capacitaciones. Hoy en día, dentro del equipo, conformado por aprox. 39 personas, colabora una pedagoga, quien fue parte del primer grupo de participantes en el 2005, después de haber terminado su licenciatura en pedagogía en la universidad. La visión de los fundadores, su gran corazón y alto compromiso apasionado es lo que hace posible estas historias que cambian la vida – haciendo realidad los sueños. En nombre de toda la familia Sueniños - ¡gracias Alma y Christian por sembrar esta semilla hace más de 17 años y por alimentarla y dejarla crecer cuidadosamente desde entonces, logrando que las y los miembros de la familia Sueniños puedan sembrar sus propias semillas y construir sus proyectos de vida!

¡ Conoce al equipo !

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El centro Sueniños se encuentra en la zona norte de San Cristóbal de las Casas y consta de 9 casitas de dos plantas, todas conectadas entre sí. Esta construcción de 1,800 m, fue realizada en 2017 – 2018 con mucho cariño y colores, para que sea un lugar de alegría y paz para niñas, niños, adolescentes y jóvenes. En frente de sus instalaciones se encuentra un parque semipúblico de la Fundación PROSUR donde las y los participantes de Sueniños pueden aprovechar y gozar de más de 2,500 m de campo para correr, jugar y estar en contacto con la naturaleza. Con el financiamiento de la Fundación Future Wings, Sueniños construyó una cancha techada para sus actividades deportivas y de convivencia, en el parque PROSUR. Dentro de las instalaciones de Sueniños están las salas donde tienen lugar los programas para las y los participantes, las oficinas del equipo administrativo así como una cocina para la capacitación en gastronomía y para ofrecer platos recién preparados para una alimentación sana y equilibrada de las y los participantes. La capacitación de carpintería está a una cuadra de las instalaciones en la Carpintería Moxviquil.